El foco de la precampaña del favorito de las encuestas, el conservador Partido Popular (PP), es el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y todo lo que apunte a “desmontar el sanchismo” parece válido.
Lo más reciente fue el ataque furibundo del coordinador del PP, Elías Bendodo, quien culpó a Sánchez del fracaso de Málaga en su candidatura a auspiciar la Expo 2027, algo que en realidad fue una decisión soberana de un comité encargado reunido en París la semana anterior.
El PSOE (socialistas) no dudó en responder y señaló entre otras cosas que el Gobierno, el propio Sánchez y su canciller, José Manuel Albares, ofrecieron todo su espaldarazo a las autoridades de Málaga para organizar la Expo 2027, que en tercera votación fue concedida a Belgrado en pugna con la urbe andaluza hasta el final.
Sánchez y sus colaboradores más cercanos echan en falta que el PP, liderado por Alberto Núñez Feijóo, rehúse aceptar debates televisivos y no muestre por ahora ningún programa económico, justamente cuando organismos internacionales aplauden los avances españoles.
El éxito y la solidez de la economía española es particularmente defendida por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, una tecnócrata de alto prestigio que trabajó con el Comisión Europea, convencida de que el desarrollo del país ibérico es sustantivo.
Feijóo quiere incluir en los debates televisivos a la vicepresidenta segunda y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, líder del movimiento de izquierdas Sumar, y se habla también del ultraderechista partido Vox, a todas luces el gran aliado del PP en su hipotética llegada al Palacio de la Moncloa.
Pese a marcar distancias en ciertos asuntos, la tendencia indica que predominarán las alianzas del PP con Vox en las administraciones municipales y regionales, por lo cual sería inminente un pacto de asociación si lo necesitara para acceder al máximo puesto de gobierno el 23 de julio.
Se trata de una elección indirecta, en la cual la mayoría parlamentaria en las Cortes Generales decidirá a la figura que ocupará el sillón principal de la Moncloa durante los próximos cuatro años.
El PP dominó ampliamente las tomas de posesión en 31 capitales de provincia españolas, con la reiteración de su propósito de “acabar con el sanchismo”.
Con Vox ya pactó gobierno en la Comunitat de Valencia, luego de negociar con un dirigente que debió cumplir en el pasado condena por violencia machista.
Si bien el tema ocupó el centro de las críticas de la izquierda al PP, los conservadores se defienden atacando, en particular acerca de los acuerdos durante la actual magistratura de Sánchez y su equipo con el partido EH Bildu del País Vasco, asociado con su antiguo brazo armado de ETA, y con los independentistas catalanes.
Oficialmente, la campaña electoral comienza el próximo 7 de julio, pero desde ya salieron al ruedo dos personalidades, los exjefes del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero (socialista) y José María Aznar (PP).
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