Según la revista The BMJ, esto gana mayor relevancia en las personas que ya rebasaron los 60 años de edad y en especial las que toman estatinas u otros fármacos para enfermedades cardiovasculares.
Durante cinco años se le administró vitamina D a 31 mil 215 participantes del ensayo clínico realizado en Australia, de ellos mil 336 sufrieron un accidente cardiovascular grave, el 6,6 por ciento en el grupo placebo y el seis por ciento los que tomaron el mencionado comprimido.
La tasa de eventos cardiovasculares graves fue un nueve por ciento inferior en el grupo de la vitamina D en comparación con el colectivo placebo, equivalente a 5,8 eventos menos por cada mil participantes.
Puntualiza la fuente que la tasa de infarto de miocardio fue un 19 por ciento inferior y la de revascularización coronaria un 11 por ciento inferior en el grupo de la vitamina D, pero no hubo diferencias en la tasa de ictus entre los dos.
Recuerda la publicación que las dolencias cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en todo el mundo, y los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, van a aumentar a medida en que la población siga envejeciendo y las enfermedades crónicas se hagan más frecuentes.
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