Así lo expresó Reudenys Salas, miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, en el XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo, que mañana cierra aquí sus cortinas.
Salas aludió a aquella noticia falsa en la década de 1950 sobre la muerte del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, en la Sierra Maestra, divulgada por medios de prensa estadounidenses.
«Fue desmentida la noticia, pero a partir de ella, nuestro Ejército entendió que debía generar y tener su propio canal de comunicación para informar al pueblo, y de allí nace y se legitima la emisora Radio Rebelde», refirió.
Desde ese entonces, prosiguió, «la batalla por la información y/o desinformación contra Cuba se intensificó. Atacar a los principales líderes de la Revolución y sus logros convertidos en conquistas sociales, sigue siendo un objetivo primordial».
Según el militante comunista, tal finalidad «forma parte de una estrategia estructurada y financiada por y desde Estados Unidos, quienes controlan a su vez las grandes transnacionales de la comunicación, la información y la industria del entretenimiento, no solamente en territorio norteamericano, sino en diferentes partes del mundo».
Para Salas, «no podemos hablar de guerra mediática sin mencionar el bloqueo que nos impone Estados Unidos, y que les brinda, por consecuencia lógica, toda la base de operaciones y matriz fundamental para articular las campañas de desaliento y manipulación sobre nuestro país».
En el marco de la guerra mediática contra Cuba, las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) fueron utilizadas dado su impacto en todos los niveles de la vida cotidiana y ejemplo de ello lo constituyen las redes sociales, apuntó.
Durante los últimos años se incrementó el acceso de los cubanos a las TIC, fenómeno que ayuda a explicar por qué estas plataformas son escenario de gran parte de las disputas.
Puede apuntarse, alertó el joven, que para este propósito Estados Unidos destina anualmente unos 20 millones de dólares hacia «programas para la democracia», presupuesto que suele dirigirse a organizaciones no gubernamentales y a su vez es utilizado en el pago a blogueros, periodistas independientes, representantes y creadores de contenido.
Internet «facilita el trabajo de mercenarismo y la jugada desleal que desde la comunicación se nos hace…No podemos ser ingenuos, no podemos ser simples observadores de esta realidad. Tenemos herramientas, inteligencia, argumentos, conquistas, sueños, para enfrentar cualquier adversidad que pretendan imponernos, desde el engaño y el disfraz», subrayó.
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