En el texto, leído este lunes durante el evento por monseñor Fernando Chica, Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el Sumo Pontífice expresó que “es ineludible una acción decisiva y competente para erradicar la plaga del hambre en el mundo, que avanza en lugares de regresión”.
El Papa expresó que “millones de personas continúan sufriendo pobreza y desnutrición en el mundo, debido a los conflictos armados, así como al cambio climático y los desastres naturales resultantes”.
Se refirió además a “las tensiones políticas, económicas y militares a escala planetaria”, que según dijo, “debilitan los esfuerzos que se realizan para garantizar una mejor condición de vida a las personas con base en su dignidad intrínseca”.
“Vale la pena repetirlo una y otra vez: la pobreza, las desigualdades, la falta de acceso a los recursos básicos como alimentación, agua potable, saneamiento, educación, vivienda, ¡son un grave obstáculo para la dignidad humana!”, enfatizó el Obispo de Roma.
Indicó que en criterio de muchos expertos “el objetivo de Hambre Cero no se logrará en el lugar fijado por la comunidad internacional”, pero “la incapacidad para cumplir con las responsabilidades comunes no debe llevarnos a convertir las intenciones iniciales en nuevos programas revisados”.
“Debemos ser muy cuidadosos y respetuosos con las comunidades locales, con la diversidad cultural y las especificidades tradicionales, que no pueden ser alteradas ni destruidas en nombre de una idea miope de progreso que, en realidad, corre el intento de convertirse en sinónimo de colonización ideológica”, reflexionó.
“Los enormes desafíos actuales requieren un enfoque holístico y multilateral” subrayó Francisco, y consideró que “la FAO y los demás organismos internacionales sólo podrán cumplir su mandato y coordinar medidas preventivas e incisivas en beneficio de todos, especialmente de los más pobres, gracias a una sinergia leal”.
Dicha sinergia, agregó el Santo Padre, debe ser “diseñada de manera consensuada y con grandes esperanzas por parte de los todos los actores interesados» para lo cual «gobiernos, empresas, mundo académico, instituciones internacionales, sociedad civil y particulares deben hacer un esfuerzo conjunto”.
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