«Rusia no impone ninguna realidad u hoja de ruta específica, pero su implicación en cualquier iniciativa y negociación que haya es importante. Esta participación puede manifestarse de diversas maneras, no necesariamente en iniciativas directas», declaró Agar.
El hecho de que Rusia ya gastó 40 millones de dólares con fines humanitarios en el contexto de la crisis sudanesa es, a juicio del alto funcionario de la nación africana, una prueba de que «está del lado de Sudán».
Agar preside una delegación sudanesa que se reunió el pasado jueves en Moscú con altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores, entre ellos, el titular de esta cartera, Serguei Lavrov, y el vicecanciller Mijail Bogdánov, enviado especial del presidente de Rusia para África del Norte y Oriente Medio.
Sudán atraviesa una crisis tras el derrocamiento en abril de 2019 del presidente Omar al Bashir, quien gobernó el país durante casi tres décadas, desde octubre de 1993.
Desde el pasado 15 de abril Sudán es escenario de enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar que obedece las órdenes del general Mohamed Hamdan Dagalo.
Las partes intercambian declaraciones contradictorias sobre los éxitos de sus operaciones y la toma bajo su control de diversas instalaciones, además promueven en medios y redes sociales una guerra informativa a gran escala.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios que maneja los datos del Ministerio de Salud sudanés, al menos mil 81 personas murieron y 11 mil 714 resultaron heridas a causa del conflicto, aunque las cifras podrían ser mucho mayores.
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