El ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, afirmó ante la prensa que “si hay algún avance naturalmente cumpliremos nuestra promesa de no atrasar la entrada de ningún país”.
Szijjártó explicó que él personalmente está en “estrecho contacto” con su homólogo turco, Hakan Fidan, con quien mantendrá las conversaciones, pues Ankara negocia con Estocolmo y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre el tema.
Reiteró que la decisión es de los diputados de la Asamblea Nacional y que el Gobierno ya presentó a la Cámara el texto por aprobar la candidatura sueca en esa instancia, donde el partido del primer ministro Viktor Orbán, Fidesz, cuenta con una mayoría de dos tercios.
Hungría y Türkiye son los únicos dos países miembros de la OTAN que no ratificaron aún la entrada de Suecia.
Ankara acusa a Estocolmo de permitir en su territorio actividades de militantes de la guerrilla kurda PKK a lo que se suma las declaraciones en esta jornada del ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, quien cuestionó si el ingreso de Suecia en la alianza militar sería una carga o un beneficio.
En estos días Suecia quiere convertirse en miembro de la OTAN, pero el hecho de que ese país parezca traer más problemas y no más poder nos hace reflexionar’, dijo el ministro en una rueda de prensa en Ankara.
También rechazó cualquier intento de presionar a su Gobierno ante la cumbre de la alianza bélica en Vilna, Lituania, para dar su visto bueno a la entrada del país escandinavo.
No nos parece bien utilizar la presión del tiempo como método, actuamos según nuestros principios. Esperamos que Suecia cumpla sus obligaciones igual que Finlandia, aseguró Fidan.
En un entorno en el que las organizaciones terroristas pueden llevar a cabo sus actividades y recaudar dinero en Estocolmo, no es posible dibujar un panorama muy positivo en estos momentos, aseguró el ministro turco.
En Febrero de 2022, Rusia comenzó su operación militar especial en Ucrania con el propósito de desmilitarizar a ese país, según declaraciones reiteradas desde Moscú.
El despliegue tuvo lugar, además, en un momento en que la alianza atlántica aumentó la presión militar contra el gigante euroasiático y expandió sus fronteras hacia el este, hecho también denunciado por Rusia.
Al comenzar el despliegue en la vecina nación a petición de los gobiernos de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, Suecia y la vecina Finlandia solicitaron entrar en la OTAN.
El primero ya logró su objetivo, mientras Suecia continúa a la espera del visto bueno de Türkiye y Hungría, dos naciones que por diferentes motivos aún no validan esa opción.
Con relación al gigante euroasiático, Hungría es el único país de la Unión Europea que no suscribe las sanciones, mientras Ankara actúa como mediador en un conflicto, cuyos efectos trascienden las fronteras europeas.
Las sanciones impuestas contra Rusia por la UE y Occidente tienen un creciente efecto bumerang, mientras el envío de armamento a Ucrania solo extiende la solución del conflicto, ambos hechos denunciados en su momento por el Kremlin.
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