A la cita de la alianza atlántica que concluye hoy aquí asisten los 31 países que la conforman y la nación nórdica en calidad de invitada.
En su momento, la opinión pública reaccionó con sorpresa a la intención de Estocolmo de integrarse al bloque bélico dejando de lado su histórica política de neutralidad.
También sorprende hoy el giro de Türkiye, país que hasta ahora se opuso a esa opción alegando que Suecia no hacia esfuerzos suficientes para combatir el terrorismo.
Pero el lunes, tras una reunión entre el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció el desbloqueo de Ankara a la adhesión sueca y lo calificó como paso histórico.
Como parte de este proceso, Suecia enmendó su constitución, cambió sus leyes, amplió su cooperación antiterrorista contra el grupo armado kurdo PKK e, incluso, reanudó las exportaciones de armas a Türkiye.
No obstante, Hungría tiene aún pendiente su ratificación formal, pero tras lo sucedido, analistas lo consideran como una mera “cuestión técnica”.
En tanto el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también viajó a Vilna para reunirse en persona con los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica y manifestó su deseo de formar parte, si bien reconoció la dificultad que su actual situación de conflicto conlleva para esa intención.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN acordaron que cursarán la invitación de adhesión “cuando los aliados lo acuerden y las condiciones se cumplan”, según confirmó Stoltenberg al término de la primera jornada.
Esa noticia no fue bien recibida por Zelensky, quien horas antes de llegar aquí dijo que “No tiene precedentes y es absurdo que no se fije un calendario ni para la invitación ni para la adhesión”.
No obstante, uno de los temas clave de la agenda es el apoyo a Kiev y está previsto el incremento de la relación política sin llegar todavía a plantear su adhesión.
Los aliados también contemplan la posibilidad de reducir de dos a un solo paso su proceso de ingreso, lo que significaría que Ucrania estaría exento de participar en un programa de varios años para demostrar que acometió las reformas militares, económicas y políticas necesarias.
Además, también se prevé aprobar una ayuda militar adicional a esa nación y en ese sentido el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que enviará misiles de alcance medio tipo “Scalp” a ese país.
Por su parte, Alemania anunció un nuevo paquete por valor de cerca de 700 millones de euros.
Al término de la primera jornada, trascendidos indican que el comunicado final “no está cerrado y hay posturas divergentes».
En tanto, la ambición de muchos de los miembros es ir más allá de la declaración de Bucarest, Rumanía, en 2008, sin llegar a una promesa de una entrada automática de Ucrania en la Alianza en algún momento.
oda/to/ehl