Esa normativa causó tensión meses atrás en la coalición de Gobierno pero, zanjadas las diferencias, el proyecto se someterá al criterio de los parlamentarios el viernes por la mañana, justo antes de que las sesiones se interrumpan por las vacaciones de verano.
La coalición encabezada por el canciller Olaf Scholz, cuyo Partido Socialdemócrata (SPD) cogobierna en esta capital con Los Verdes y el Partido Liberal, debatió durante meses la normativa que estipula que las instalaciones de los nuevos sistemas de calefacción deben funcionar con un mínimo del 65 por ciento de energías renovables.
El objetivo es sustituir los equipos que funcionan con combustibles fósiles por otros más respetuosos con el medio ambiente y el Gobierno subvencionará hasta un 70 por ciento de los costes.
Dado que la seguridad energética es una de las principales preocupaciones de los votantes, las medidas del Ejecutivo para eliminar rápidamente los sistemas de calefacción domésticos alimentados por combustibles fósiles se convirtieron en una cuestión política delicada.
Sondeos indican que hasta un 70 por ciento rechaza las normativas obligatorias sobre la prohibición de las calefacciones alimentadas por petróleo o gas, en tanto la misma proporción está en contra de pagar por la sustitución obligatoria de sus sistemas.
mem/ehl