Una declaración adoptada por el Consejo de Ministros que dio a conocer hoy la iniciativa en torno a una de las expresiones danzarías más populares en todo el territorio español.
El Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Patrimonio y Bellas Artes, ya había avanzado en este proceso que coloca a la Jota en el umbral de ser propuesta para la máxima categoría de la Unesco.
La declaración de la Jota con el rango de Patrimonio Cultural Inmaterial a nivel nacional está justificada por tratarse del más extendido, diverso, dinámico y reinterpretado de todos los géneros tradicionales que componen el variado mapa sonoro y musical de España.
Se coloca así en la antesala para ser también reconocida en un futuro por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La jota hace referencia a un género tradicional muy popular de música, canto y baile desarrollado hasta el momento actual, con un patrón general en su base y una serie de particularidades que hacen de ella una manifestación diversa.
El género cultivado por músicos como los franceses Ravel y Massenet, el austrohúngaro Liszt y el cubano White, y tiene entre las más famosas a la Jota de Aragón.
Según los especialistas, dentro de los valores culturales que aporta la jota como género tradicional, destaca su interiorización por parte de los individuos y las comunidades, convirtiéndose en un potente elemento de cohesión social e identificación de sus señas de identidad.
Se cultiva, además de Aragón, en Valencia, León, Navarra, La Rioja, Cantabria, Asturias, Galicia, Extremadura, País Vasco, Andalucía, Murcia, Canarias, y las conocidas como jotas manchega, castellana y catalana, entre otras.
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