Bajo la dirección de la maestra Lorena Suárez, los músicos deleitaron con temas nacionales y foráneas al público presente en el tributo a uno de los más grandes artistas ecuatorianos.
El concierto, que tuvo lugar junto a las obras de Guayasamín y la llama encendida «porque siempre va a volver», fue un símbolo que estremeció a los cientos de asistentes.
Momento especial de la noche fue la interpretación de la cantante solista Alejandra Cabanilla de las piezas Pinta Pintor y Guayasamín se llama, dedicadas al artista.
El hijo del catalogado como Pintor de Iberoamérica, Pablo Guayasamín, comentó a Prensa Latina que a su padre le gustaba festejar su cumpleaños rodeado de amigos y música, por lo que este concierto fue un excelente regalo.
El director de la oficina en Quito de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Julio Carranza, resaltó el legado artístico y humanista de Guayasamín, quien con su pincel invitó a pensar sobre la desigualdad y la justicia humana.
Ha dejado una huella imborrable en el mundo del arte a nivel internacional, con obras expuestas en diferentes sitios del orbe, como la sede de la Unesco, en París, Francia, o el Aeropuerto de Barajas, en España, apuntó Carranza.
Destacó también el papel de la Fundación Guayasamín en la preservación y promoción de la obra del maestro, un labor esencial para las nuevas generaciones.
El 6 de julio de 1919 nació el pintor que llevó su arte indígena y mestizo desde Ecuador a lugares encumbrados de la cultura del mundo e inmortalizó a figuras como el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, a quien le unió una profunda amistad.
lam/avr