Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, urgió en rueda de prensa tomar en cuenta el peligro de dicha acción para los civiles y no anteponerla a las necesidades militares y de seguridad.
Llamó a la mesura de todas las partes implicadas en la transferencia de dichas bombas e insistió en que se abstengan de agravar más el conflicto Rusia-Ucrania.
Asimismo, la portavoz de la Cancillería reiteró la apuesta de China por el diálogo y una salida negociada a la situación lo antes posible, para evitar se salga de control.
Aparte del gigante asiático, varias naciones y organizaciones internacionales rechazan el plan anunciado el pasado día 7 por Estados Unidos para entregar las bombas de racimo a Ucrania, como parte de un paquete de seguridad valorado en 800 millones de dólares.
Ese tipo de municiones está prohibido en más de un centenar de países debido al peligro para la población civil.
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