Un esquema, considerado único en el contexto de las tendencias actuales, que decantaría definitivamente la balanza hacia el actual presidente del Gobierno (el socialista Sánchez) o al líder de la oposición (el conservador Feijóo).
Restarían después de esta noche, cuando se midan en los canales de Atresmedia los mandamases del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y del Partido Popular (PP), apenas 14 días para los comicios que reelegirán a Sánchez o llevarán al Palacio de la Moncloa a la derecha, a todas luces acompañada por los ultra de Vox.
Hasta la fecha, todas las encuestas coinciden en vaticinar la victoria del PP, que no lograría sin embargo mayoría absoluta (escaños parlamentarios requeridos) y debería pactar con Vox, como ya hizo en distintos Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.
Los antecedentes de los debates televisivos son variados y en esta ocasión tienen una particularidad especial: Feijóo aceptó únicamente el que se verá esta noche en Antena 3 y La Sexta, fundamentalmente.
Es decir, se trata del todo o nada para Sánchez, un orador nato, con carisma y reconocimiento internacional, que, empero, no ha logrado de momento la anhelada recuperación de la izquierda en el poder (PSOE y la alianza Unidas Podemos).
Para muchos expertos, incluidos sociólogos y psicólogos consultados, se trata de un fenómeno paradójico. Los resultados económicos de España con el actual Gobierno son sobresalientes, reconocidos por organismos internacionales y con alabanzas de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, no parece suficiente el buen ritmo de crecimiento, el descenso de la inflación o del desempleo. El “sanchismo”, como llaman el PP y Vox a los postulados del Ejecutivo de Pedro Sánchez, recibe descalificaciones por algunos deslices o cambios de posturas en su mandato.
Según el PP y Vox, pactar con el terrorismo (EH Bildu, con el legado de ETA) o con el independentismo (de Cataluña), son los pecados mayores del sanchismo, así como supuestamente acorralar al sector empresarial, entre otros.
Uno de los puntos cruciales para Sánchez, aun en la discrepancia de ciertos aspectos, es la esperanza de una mejoría del movimiento Sumar, que encabeza la vicepresidenta segunda y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz.
No obstante, su fervorosa campaña por todo el país y el reconocimiento a Díaz como la figura política mejor valorada de la nación ibérica, sigue sin remontar en los sondeos, a poca distancia de Vox.
Sumar agrupa a 15 formaciones políticas, entre ellas Podemos e Izquierda Unida, sin el éxito deseado hasta ahora.
Lo de esta noche, efectivamente, pudiera dar la estocada final al bloque de izquierdas o darle alguna esperanza de cara a los comicios del 23 de julio.
En el pasado, los debates televisivos (Felipe Gonzáles-José María Aznar, Rodríguez Zapatero-Rajoy o Rajoy-Rubalcaba) tuvieron relevancia, pero tal vez no tanta como la de Sánchez y Feijóo.
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