Para el gigante asiático, esto significa que Washington alienta la rivalidad propia de la Guerra Fría en la que una sola potencia debía mantener el control hegemónico sobre los demás países.
El coronel Tan Kefei, portavoz del Ministerio de Defensa, respondió de esta forma a las últimas declaraciones del presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, sobre el supuesto riesgo que representa China.
El alto funcionario norteamericano afirmó que Beijing aspira a convertirse en la potencia dominante en Asia en los próximos 10 años y superar las capacidades militares de Washington para mediados de siglo.
En este sentido, subrayó además que el ejército de Estados Unidos debe mantener una ventaja decisiva y prepararse para el combate.
De acuerdo con Tan, la parte estadounidense hace esos comentarios erróneos al «medir a otros con su propio criterio».
Según el portavoz, esto solo demuestra el deseo norteamericano de ser la única potencia dominante y buscar la hegemonía para sus propios intereses.
«Si preguntan por nuestro objetivo, es convertirnos en una China mejor y más fuerte», señaló el vocero.
Tan apuntó que los fines del gigante asiático incluyen mejorar las capacidades para defender la soberanía nacional, la seguridad y el desarrollo.
Además, reiteró el compromiso de China con los intereses globales y regionales, la paz y la estabilidad.
En varias ocasiones Beijing ha denunciado los intentos de Estados Unidos de fomentar una rivalidad al estilo de la Guerra Fría entre las potencias mundiales.
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