Según alertó el Instituto Caribeño de Meteorología e Hidrología, con sede en esta capital, hay condiciones notablemente más cálidas en la zona en comparación con esta época en 2022, y toda la región está bajo vigilancia o advertencia ante la posible pérdida de pigmentación en los ecosistemas coralinos.
Predijo la institución que «existe una alta probabilidad de que el estrés por calor alcance y supere los niveles de alerta uno y dos para la mayor parte del Caribe» desde julio y hasta octubre.
Esto significa que existe un elevado por ciento de probabilidad de blanqueamiento severo para la zona en el periodo aludido.
Además, el fenómeno climático natural de temperaturas cálidas en el Océano Pacífico, conocido como El Niño, comenzó oficialmente y se espera que altere los patrones climáticos a nivel mundial.
Cuando hay estrés térmico, aseguran los entendidos, ocurre una expulsión de las algas de colores de los corales y estos se vuelven blancos, lo que se llama blanqueamiento.
La pérdida de las algas significa que los corales pierden su principal fuente de alimento, y las condiciones estresantes persistentes provocan su muerte.
Arrecifes de coral de Tobago, por ejemplo, han sufrido eventos de blanqueamiento (2005 y 2010) que resultaron en una gran pérdida de estos y una recuperación limitada en ambas ocasiones, apuntó un reporte reciente del diario Trinidad and Tobago Newsday.
Durante los últimos 40 años, señaló la misma fuente, los arrecifes de coral de todo el mundo experimentan eventos de blanqueamiento, donde grandes secciones se tornan blancas a medida que las temperaturas del mar en verano se vuelven demasiado cálidas.
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