En un comunicado, el Elíseo señaló que el hasta ahora titular de Cuentas Públicas Gabriel Attal pasó a ocupar la cartera de Educación y Aurélien Rousseau, exjefe de Gabinete de la primera ministra, Élisabeth Borne, la de Salud.
Rodeada de polémicas, la responsable de Economía Social y Solidaridad, Marlène Schiappa, dejó como se esperaba el puesto, mientras la líder de la bancada del partido oficialista Renacimiento, Aurore Bergé, fue nombrada ministra de Solidaridades y Familias.
Otras entradas en el Gobierno son las de los diputados Thomas Cazenave (encargado de las Cuentas Públicas) y Sabrina Agresti-Roubache (responsable de Ciudades).
El presidente Emmanuel Macron había confirmado a principios de semana en el cargo a la primera ministra Borne, pese a lo mal parada que salió la imagen de la política de 62 años por la reforma de la jubilación.
Una encuesta divulgada ayer, de Elabe para el canal BFM TV, mostró la impopularidad de la funcionaria, con más de la mitad de los entrevistados que cuestionaron su continuidad en Matignon.
Los pesos pesados siguieron en sus puestos, entre ellos los titulares de Economía, Bruno Le Maire; Interior, Gérald Darmanin; Europa y Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, y Defensa, Sébastien Lecornu.
Mañana sesionará el primer Consejo de Ministros con el nuevo Gabinete, que recibió críticas desde diversos sectores.
Para la dirigente ecologista Sandrine Rousseau, se trata de “un Gobierno esencialmente de recompensa por los servicios prestados durante el período de la reforma de jubilación”.
Por su parte, la diputada de Agrupación Nacional Laure Lavalette afirmó que los cambios de nombres no significan nada respecto a las políticas de Macron.
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