El Partido Republicano (conocido por las siglas GOP e identificado con el color rojo) llegó al consenso de que la calidad de los candidatos influyó en su fracaso a la hora de recuperar la Cámara Alta en los comicios de mitad de mandato de 2022.
La anticipada “ola roja” que no se produjo tuvo en contra el pobre desempeño de varios polémicos candidatos respaldados por el expresidente Donald Trump (2017-2021) que perdieron en estados clave como Pensilvania, Nuevo Hampshire y Georgia.
Ahora, los líderes del GOP en el Senado hacen todo lo posible para evitar que eso vuelva a suceder en 2024, señalan medios locales.
De acuerdo con el diario The Hill, el senador Steve Daines, de Montana, actual jefe del brazo de campaña de esa fuerza política, dijo que planea ser más activo en el reclutamiento de candidatos y selectivo hacia dónde envían su apoyo.
La mirada de los rojos están puestas, entre otros, en el escaño del demócrata Joe Manchin, de Virginia Occidental, quien no ha expresado si se presentará a la reelección, aunque también se especula que podría estar sopesando una candidatura presidencial por un tercer partido.
En ese estado Daines respalda al gobernador Jim Justice que compite contra Alex Mooney en las primarias al Senado.
Existe la posibilidad de que los republicanos ganen tres o más escaños en este ciclo electoral, y eso sería significativo, afirmó Matt Mackowiak, un estratega del partido.
«Un Senado 50-50 podría ser decisivo en uno u otro sentido. Si nos fijamos en Montana, Ohio y Virginia Occidental, en esos tres estados el Partido Republicano saldría favorecido si no lo echamos a perder», subrayó.
Cook Political Report califica las elecciones al Senado por el escaño de Manchin en Virginia Occidental, el del demócrata Sherrod Brown en Ohio, y el de la independiente Kyrsten Sinema en Arizona como «a cara o cruz» en el venidero ciclo electoral.
En noviembre de 2022 los republicanos apenas lograron una ajustada mayoría en la Cámara de Representantes y perdieron la oportunidad de liderar el Senado.
Los dedos apuntaron entonces hacia la mediocridad de los aspirantes respaldados por Trump como responsables, o al menos en parte, de la mala suerte.
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