El ministro de Relaciones Exteriores precisó en su cuenta en Twitter que también es incierto que la nación caribeña pueda adquirir insumos médicos de subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países.
Rodríguez explicó en la red social que la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones (TSRA) del 2000 se redactó para que sea prácticamente imposible cualquier transacción.
Señaló que para realizar una operación de este tipo se requiere de una licencia específica del Buró de Industria y Seguridad del Departamento del Comercio, con procedimientos sumamente rigurosos, que por lo general desestimulan a proveedores.
Precisó que la agencia reguladora que emite la licencia necesita la garantía de poder tener constancia, con inspección, sobre el destino de lo exportado y asegurando, entre otros requisitos, que no se use para la industria biotecnológica.
Para dar cumplimiento a lo anterior, el presidente de Estados Unidos puede solicitar la inspección de las «exportaciones» in situ (en el terreno) para verificar los fines para los cuales se concibió (solamente para uso y beneficio del pueblo cubano), pretensión absurda e inaplicable, acotó el máximo jefe de la diplomacia cubana.
Puntualizó que debido a la designación de la isla como estado patrocinador del terrorismo por el Departamento de Estado estadounidense, el plazo de la licencia es de un año; «casi nadie está dispuesto a solicitar un permiso para vender o comerciar por un año», apuntó.
Añadió que los buques involucrados en el transporte de medicamentos o suministros médicos autorizados podrán ingresar a los puertos de la nación norteña, siempre que no hayan transportado cargamentos o personas sin licencia hacia o desde Cuba y siempre que no transporten mercancías no autorizadas.
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