Esa y otras reflexiones del entonces joven revolucionario cubano sobre el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, aproximaron aún más a los presentes a un hecho que marcó el inicio de una nueva etapa de lucha, que solo terminó con el triunfo de la Revolución el 1 en enero de 1959.
En la ocasión, la embajadora de la nación caribeña aquí, Carina Soto, sostuvo que conmemoramos con optimismo el 70 aniversario de una de las más significativas páginas de la historia nacional, en medio de la difícil situación económica que vive Cuba, agravada por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Soto ratificó la confianza que puede tener la Revolución “de que seguiremos el legado de Fidel (Castro) desde esta pequeña trinchera, aportando todo lo que nos sea posible”. En ese sentido, se refirió a los debates constructivos sostenidos en la Misión, siempre pensando en la prosperidad del país y con la certeza de que, como expresó Fidel (Castro), el pueblo de Cuba vencerá.
Durante el acto también se escucharon las palabras del presidente Miguel Díaz-Canel, quien en la clausura hace una semana de la X Legislatura de la Asamblea Nacional, al referirse a los sucesos del 26 de julio y sus protagonistas, expresó: “Como mártires o como héroes, sin ellos mismos saberlo, iban a entrar en la historia”.
Varios funcionarios de la misión estatal intercambiaron anécdotas de sus visitas al Cuartel Moncada, convertido en ciudad escolar, y al Pico Turquino, monumento nacional enclavado en la Sierra Maestra, un lugar lleno de historia que acogió en 1957 a los integrantes del Ejército Rebelde.
Los más pequeños también participaron y para los jóvenes rebeldes de la Generación del Centenario (impulsaron la lucha armada entre 1953-1959) y los presentes en la sede diplomática recitaron con visible orgullo: tres listas azules / Y dos listas blancas / Un triángulo rojo / La estrella de plata. / Así es mi bandera / de Cuba, mi patria, / Y esa es la que quiero / con toda mi alma.
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