La cifra corresponde al segundo trimestre de 2023 y supone un alza de un 1,5 por ciento respecto a igual periodo del año anterior.
Eso significa que más de la mitad de la población de Ecuador económicamente activa no trabaja 40 horas semanales, ni recibe el mínimo de 450 dólares mensuales, ni tiene garantías en caso de accidente o enfermedad, ni beneficios como licencias de maternidad o paternidad.
Por tanto, aunque el desempleo disminuyó y se ubicó en 3,8 por ciento, unos 4,2 millones de personas laboran en la informalidad.
Solamente, el 36,4 por ciento de los trabajadores están emplantillados legalmente.
Otro grupo se encuentra en una categoría que el INEC denomina como subempleo, que agrupa al 19,5 por ciento de los obreros, quienes perciben ingresos inferiores al salario básico o trabajan menos de 40 horas a la semana, aunque están dispuestos a hacerlo.
La ciudad con la mayor tasa de desempleo es Quito, capital del país, con 7,8 por ciento.
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