Según manifestó el jefe del grupo de científicos del Centro Cuántico ruso que desarrollaron la máquina, Kirill Lajmansky, el ingenio se basó en crear un software que garantiza el funcionamiento de las computadoras y su protección, con sensores ultrasensibles, que atrapan átomos y los enrutan.
Lajmansky destacó que “se desarrolló una estufa dentro de la cámara de vacío. De hecho, este es un tubo en el que hay calcio comprimido. Se calienta y este tubo crea una corriente de átomos, es decir, átomos, no iones, en la dirección de un receptor”.
A continuación, entran en juego los láseres: así es como los científicos ionizan estos átomos, obteniendo qubits para el funcionamiento posterior de una computadora cuántica. Tales micropartículas como unidades de información, en lugar de «0» o «1» estrictos, calculan ambos valores simultáneamente, agregó.
“Ahora hemos construido alrededor de cien iones allí; esto es con lo que estamos trabajando ahora. En el futuro será un proceso difícil cuando empecemos a trabajar con paquetes pequeños de iones, es decir, con dos, cuatro, dieciséis, veinte, etcétera”, dijo Lajmansky.
El desarrollo de un ordenador cuántico, basado en iones fríos de calcio, es uno de los proyectos más jóvenes del centro. En otros laboratorios, los científicos también crean qubits de otros sistemas, precisó.
“Usando fotones, podemos hacer no solo dispositivos de computación cuántica, sino también una gran cantidad de tecnologías interesantes para otras áreas. Por ejemplo, podemos usar nanoestructuras integradas con las que trabajamos aquí para crear láseres muy estables”, concluyó.
npg/gfa