Del 28 de julio hasta el 6 de agosto los salvadoreños celebran la festividad dedicada al “Divino Salvador del Mundo”, una etapa de divertimiento, de arribo de miles de turistas y del despliegue de tradiciones ancestrales.
En medio del jolgorio, el presidente Nayib Bukele ordenó en la madrugada del martes último el despliegue del primer cerco a un departamento, Cabañas, para combatir a remanentes de las pandillas que ahora se esconden en áreas rurales del país luego de la fuerte batida de los últimos meses, la detención de sus principales jefes y el arresto de más de 71 mil miembros.
En las últimas semanas y producto de nuestra guerra contra las pandillas, Cabañas se convirtió en el lugar con mayor número de células terroristas, que llegaron allí para buscar áreas rurales para ocultarse, aseveró el gobernante.
Cabañas es un departamento que pertenece a la zona central y el cerco deberá cubrir su extensión territorial de mil 103 kilómetros cuadrados. Los últimos informes daban cuenta del arresto de más de una veintena de terroristas y la ocupación de armamentos.
Como trasfondo al enfrentamiento de esos grupos delictivos, los principales líderes religiosos locales, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, y el cardenal Gregorio Rosa Chávez, manifestaron criterios sobre la reelección presidencial, la guerra contra las pandillas y la aprobación por la Asamblea Legislativa de una norma para juzgar en grupo a los pandilleros.
Sobre la reelección “yo no me voy a pronunciar ni a favor ni en contra”, respeto que los demás lo hagan, “tienen todo (derecho)», dijo Escobar.
Mientras Rosa Chávez abordó polémicos aspectos de la situación, entre ellos la reelección, la cual para unos es legal y para otros, viola la Constitución, y criticó la decisión de la Asamblea porque viola el derecho al libre proceso y a la presunción de inocencia.
Exhortó a que en las próximas elecciones se dé un voto libre, consciente y responsable. «Si eso se cumple, la gente va a votar con la cabeza y no con el estómago, sino con fantasías, pero es importante no perder la esperanza», sostuvo.
El prelado señaló además que en El Salvador hay una crisis fuerte de liderazgo a lo que sumó un clima de terror y de temor que impide que gente valiosa aporte.
Mientras, el clima siguió afectando la economía local, sequía y altas temperaturas se conjugan para afectar la siembra y la producción de granos básicos. Según organismos de Naciones Unidas, el país afectado por la adversidad enfrentará en los próximos meses inseguridad alimentaria.
Por otra parte, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales monitorea la ocurrencia de más de mil 330 microsismos y nueve sismos sensibles a los humanos que fueron registrados desde el 26 de julio en el Golfo de Fonseca, al este del país, zona donde ese día se produjo un fuerte temblor de 6,8 grados.
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