En una entrevista concedida al canal Sky News Arabia y difundida por los medios aquí, el mandatario explicó que el Ejército luchaba contra los extremistas que asesinaban, destruían y quemaban, y que en virtud de la Constitución es deber del Ejército defender al Estado.
Tenemos consciencia que nuestra batalla es existencial y que su plan no era derrocar a Muammar Gaddafi sino a Libia y no era atentar contra Saddam Hussein sino contra Iraq, y que pretendían acabar con Siria y no con Bashar Al-Assad, aseguró el jefe de Estado. Por otro lado, aclaró que los amigos y aliados han tenido rol importante en la firmeza de Siria, pero la victoria fue lograda gracias a la verdadera resistencia del pueblo sirio en la guerra.
En su comentario sobre la cuestión de los refugiados, el mandatario reveló que durante los últimos años retornó medio millón y ninguno fue encarcelado o detenido.
El desafío más importante para el retorno de los desplazados es logístico y consiste en la infraestructura destruida como resultado del terrorismo, precisó.
Agregó que el flujo de este retorno se detuvo por el empeoramiento de las condiciones de vida debido al bloqueo, ya que el refugiado no puede volver a su hogar sin no disponga de los servicios básicos de agua, electricidad, escuelas y salud.
En cuanto a las acusaciones dirigidas a Siria sobre el tema del narcotráfico, el presidente explicó que los enemigos intentan utilizar este tema por razones políticas, en particular ejercer presiones.
Alegar que el Gobierno sirio es el que fomenta el tráfico de drogas en Siria es como decir que es el que alentó a los terroristas para que vengan al país para destruirlos, puntualizó.
Por otro lado, comentó que Türkiye es un país vecino y es natural tener buenas relaciones, pero esto se logra después de la retirada total turca de los territorios sirios.
Un encuentro con el presidente turco, Recep Tayib Erdogan, solo sería posible después de esta retirada, afirmó Al-Assad.
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