Una ola de restricciones a lecturas y contenidos educativos en sus escuelas públicas linda con lo inaudito e irracional en el llamado Estado del Sol.
“Demasiado sexo”, arguyen, por ejemplo, para censurar en el condado de Hillsborough partes de un clásico de la literatura universal, Romeo y Julieta (1597), cuyo autor es el célebre escritor, poeta y dramaturgo inglés. De cara al nuevo año escolar, los docentes allí tendrán que irse por las ramas a la hora de impartir las clases de literatura y solo podrán enseñar los pasajes exentos de contenido sexual o racial.
Un veto similar recayó sobre la tragedia Hamlet (1603) también de Shakespeare, quien cuatro siglos después de su nacimiento es considerado el más importante autor inglés de todos los tiempos.
Las absurdas normas se amparan en la Ley de Derechos Paternos en la Educación más conocida por Ley Don’t Say Gay (No digas Gay), promulgada por el actual gobernador y candidato a la presidencia de Estados Unidos, Ron DeSantis, en marzo de 2022.
En inicio esa legislación prohibía la distribución de contenidos sobre identidad de género a los menores de ocho años, pero reformas posteriores la extendieron hasta los niños de octavo grado (13-14 años).
La ley estipula, además, que los padres podrán demandar a los profesores que incumplan esas disposiciones, lo cual ha dado lugar a múltiples denuncias a maestros por presuntamente enseñar contenidos inapropiados.
Medios de prensa locales reportaron el caso de una directora de escuela de la ciudad de Tallahasee a la que echaron de su puesto por mostrar en los textos el David de Miguel Ángel.
Los padres se quejaron de las “obscenidades” explícitas de la famosa obra de mármol erigida entre 1501-1504 por el genio italiano renacentista, uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.
La Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos (ALA por sus siglas en inglés) reveló que el pasado año se recibieron en el país más del doble de solicitudes de censura de libros que en 2021.
Se calcula que alrededor de dos mil 500 títulos fueron señalados en 2022, un nuevo récord desde que la ALA empezó a reunir esta información hace dos décadas.
La organización dijo que casi el 60 por ciento de las denuncias fueron contra bibliotecas y planes de estudios.
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