Para el dirigente de la organización civil Asamblea Nacional Ciudadana (ANC) Pablo Iturralde, los principales beneficiados son los aspirantes al Ejecutivo con tendencias de derecha.
En un debate virtual organizado por la Universidad de la Tierra, Iturralde comentó que el Estado y la democracia en Ecuador son rehenes capturados en contra de la voluntad popular por un pacto entre grupos oligárquicos que controlan el capital financiero y las mafias.
En su opinión, el crimen que cobró la vida de Villavicencio fue algo planificado ante la posibilidad de que esas mafias aliadas al poder financiero y político pudieran perder en los comicios frente a la candidata progresista que hasta ese momento lideraba las encuestas, Luisa González.
Estamos viviendo situaciones absolutamente inéditas y esto que acaba de pasar era impensado en términos de procesos geopolíticos, aseveró Iturralde, para quien este hecho cambia radicalmente las tendencias electorales.
El también miembro del Centro de Derechos Económicos y Sociales consideró que el principal beneficiado es el candidato Jan Topic, de la alianza entre el Partido Social Crisitiano, Centro Democrático y Sociedad Patriótica, que se presenta como abanderado de la lucha contra la inseguridad.
Otro de los favorecidos con lo sucedido sería Estados Unidos, porque la posibilidad de que el campo progresista gane en una sola vuelta y hasta en segunda ahora está en duda, apuntó el dirigente, al tiempo que hizo un llamado a cerrar filas para detener la maniobra del pacto de los bancarios con las mafias.
Advirtió que los grandes medios privados presentaron el asesinato de Villavicencio «resaltando las denuncias y enfrentamientos contra el correísmo”, con lo cual ayudaron a generar la idea de que la Revolución Ciudadana tendría responsabilidad en esos acontecimientos.
Más allá de los pronósticos electorales y las dudas sobre quién reemplazará como candidato a Villavicencio, su muerte entra en la lúgubre lista de homicidios intencionales en aumento durante los últimos años.
Si bien durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) la tasa de muertes violentas por cada 100 mil habitantes bajó a 5,6, en seis años los asesinatos se quintuplicaron.
Asesinatos, secuestros, extorsiones, robos, son ya parte de la cotidianeidad de Ecuador, donde cada vez se hace más evidente el abandono del Estado, sin acciones efectivas para poner freno a la violencia y a las acciones de las bandas ligadas al narcotráfico.
Ante esas circunstancias, para los ecuatorianos la principal preocupación es la inseguridad y pondrán eso como prioridad a la hora de marcar la papeleta el venidero 20 de agosto.
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