Según la cartera, el carguero Sukru Okan que navegaba bajo la bandera de Palau con destino a Izmaíl, en Ucrania, no respondió a la orden de alto que le dieron desde la corbeta Vasily Bykov, uno de los buques rusos que realizan misiones de patrulla en el suroeste del mar Negro.
Los marineros realizaron en este contexto disparos de advertencia con armas automáticas ligeras, para que el barco parara, y enviaron un grupo de militares en un Ka-29, helicóptero a bordo del Vasily Bykov, para llevar a cabo una inspección.
«Después de comunicarse por radio, el carguero detuvo la marcha y el grupo de inspectores lo abordó, y una vez finalizada la inspección, el barco prosiguió rumbo a Izmaíl», añadió Defensa.
Rusia suspendió en julio pasado su participación en la Iniciativa de Granos del Mar Negro, pero anunció la disposición de retomar el acuerdo en cuanto se cumplan sus condiciones, las que siempre planteó desde un principio y que nunca fueron cumplidas.
Estas son: la reconexión del banco agrícola Rosselkhozbank al sistema SWIFT; la reanudación de los suministros de maquinaria agrícola, repuestos y mantenimiento; el levantamiento de la prohibición de acceso a los puertos, y la reactivación del conducto de amoníaco Togliatti-Odesa.
También se encuentra entre las exigencias, el desbloqueo de los activos y cuentas extranjeras de las empresas rusas que se dedican a la producción y el transporte de alimentos y fertilizantes.
A partir del 20 de julio, Rusia consideró como objetivos militares los barcos que navegan en el mar Negro hacia puertos ucranianos, y como partes del conflicto a los respectivos países.
Ucrania emitió una advertencia similar en relación con los puertos rusos en la cuenca de esa zona marítima, con efecto desde el 21 de julio.
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