El movimiento que lo auspiciaba, Construye, y la organización Gente Buena, que también le dio apoyo extraoficialmente, tras resolver disputas internas decidieron sustituirlo por Christian Zurita, periodista y amigo personal del político víctima del homicidio.
No obstante, como todas las papeletas para elegir al binomio presidencial están impresas, el nombre y la foto de Villavicencio se mantendrán y aparecerán junto con Andrea González, su compañera de fórmula que ahora acompañará a Zurita.
Don Villa -como quería que lo llamaran durante la campaña- fue de los ocho candidatos el que más dinero informó a las autoridades que destinaría a la propaganda y mítines, unos 3 millones de dólares.
Su principal bandera y la que más adeptos le hacía ganar era el anticorreísmo.
Criticaba constantemente al exmandatario Rafael Correa y denunció supuestos hechos de corrupción durante su gobierno, aunque esa etapa es considerada por muchos la mejor de Ecuador.
Villavicencio era periodista de profesión y pretendía alcanzar la presidencia con el respaldo de Construye, que dirige la exministra de Gobierno María Paula Romo, responsable en época de Lenín Moreno de la represión, persecución y criminalización de la lucha social.
El exlegislador, asesinado el 9 de agosto pasado a sus 59 años, tenía también entre sus premisas la de «enfrentar y derrotar a las mafias que han cooptado el Estado y que tienen de rodillas a la sociedad».
Justamente, una semana antes de ser baleado él mismo declaró haber recibido amenazas por parte de grupos delincuenciales.
En los últimos tiempos Villavicencio se mantuvo en la escena mediática no sólo por sus denuncias, sino porque estuvo al frente de la Comisión de Fiscalización del parlamento, desde donde ejerció casi como abogado del presidente Guillermo Lasso durante el proceso de juicio político, según alegaron sus opositores.
Aunque recientemente criticó y buscó distanciarse del Gobierno, porque estaba consciente de su baja popularidad, antes fue muy cercano al mandatario.
Para el historiador Juan Paz y Miño, su plan era un paradigma de diagnósticos que en nada se diferenciaba de los análisis sobre “círculo vicioso de la pobreza” y “cuadro del subdesarrollo”, que eran típicos de la década de 1960 con propuestas de un “capitalismo popular”.
Si bien él no tenía grandes posibilidades de llegar al poder, su muerte probablemente influya en los resultados de los sufragios presidenciales y legislativos.
Analistas explican que los grandes medios privados de Ecuador presentaron el asesinato “resaltando las denuncias y enfrentamientos contra el correísmo”, con lo cual ayudaron a generar la idea de que la Revolución Ciudadana tendría responsabilidad en esos acontecimientos.
El crimen busca deslegitimar una elección que la derecha tenía perdida, señaló el economista y analista David Villamar en referencia a la posible victoria de Revolución Ciudadana (RC) en los sufragios.
“Los que pretenden sembrar aún más odio con esta nueva tragedia, ojalá entiendan que aquello tan solo nos sigue destruyendo”,escribió el exmandatario Correa en sus redes sociales y en una entrevista reciente al canal RTS reconoció que el hecho afectó a la RC al restarle unos cuatro o cinco puntos de ventaja.
Zurita, quien al parecer sí podrá sustituir a Villavicencio cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo confirme, se ajustará al programa que lideraba su amigo.
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