Este fin de semana, el Parlamento del organismo subregional, que integran 15 países, comunicó que al frente de la delegación estará el vicepresidente de ese órgano legislativo, el nigeriano Idris Wase, quien según diversas fuentes, se opuso, junto a otros representantes, a una intervención militar en Niamey.
Tras el golpe de Estado castrense en Níger el pasado 26 de julio la Cedeao amenazó a las nuevas autoridades golpistas con hacer uso de la fuerza militar si ese ente no devuelve el orden constitucional al país y no restaura en el poder al depuesto mandatario, Mohamed Bazoum.
El plazo para que ello ocurriera venció el pasado 6 de este mes, en medio de la aplicación de fuertes medidas económicas y comerciales por el organismo comunitario contra Níger, país que respondió también a los crecientes emplazamientos con el cierre de su espacio aéreo.
En las últimas horas supuestamente descendió aún más la intensidad de las tensiones a raíz del conflicto nigerino, cuando el general Abdourahmane Tchiani, cabecilla de la reciente asonada castrense, expresó su disposición a dialogar con representantes de la Cedeao.
La decisión de acceder a tales pláticas, que tienen por objetivo buscar una solución negociada a la crisis política nigerina, se dio a conocer tras una reunión en Niamey entre Tchiani, Jefe de la Junta Militar, y una comitiva de influyentes eruditos islámicos nigerianos, según el portal digital Allmedia24.com.
Aunque se desconocen aún los detalles del proyectado diálogo, analistas consideran que la disposición de la junta castrense a entablar conversaciones sugiere un camino hacia la desescalada del conflicto en Níger, país pobre con una población ascendente a unos 25 millones de habitantes.
Como otras personalidades, Peter Obi, candidato presidencial nigeriano en las últimas elecciones por el opositor Partido Laborista, consideró, por otra parte, que “la diplomacia es la opción más viable en el intento por restaurar la democracia en la República de Níger”.
Insistió en que “lo que la situación actual de ese país de África Occidental reclama con urgencia es una coalición multilateral concertada de Nigeria, la Cedeao, la Unión Africana y la ONU, hacia un retorno programado del orden constitucional democrático”.
Como un haz de naciones unidas, recientemente levantaron sus voces contra una eventual intervención militar de la Cedeao en territorio nigerino, naciones como Mali, Burkina Faso y Guinea, donde ocurrieron recientes golpes de estado militares, además de otras como Argelia, Chad y Cabo Verde.
En el caso de los gobiernos transitorios de Bamako y Ouagadougou, ambos plasmaron en una declaración conjunta que considerarían cualquier intervención en Níger como una declaración de guerra contra ellos, acto que, de suceder, desestabilizará la región del Sahel y otras partes de África.
Las posiciones de numerosos Estados, que abogan por el respeto a la soberanía de los pueblos, contrastan con las de otros actores de territorios occidentales, entre ellos Francia y Estados Unidos, apuntan diversas fuentes.
Desde esos últimos países, con manifiestos intereses geoestratégicos en África, se hacen llamados a efectuar una invasión en Níger y profieren amenazas de que ese espacio geográfico se atenga a las consecuencias si no retorna el orden constitucional.
Muchos consideran que más allá de los argumentos democráticos, por lo que en realidad compiten las potencias occidentales es por el control de las vastas riquezas de Níger, entre ellas el uranio, recurso del que dependen en parte las centrales nucleares de Francia para producir electricidad.
Además de la presencia de tropas estadounidenses, en suelo del referido territorio africano sin litoral París tiene desplegados unos mil 500 efectivos, los cuales presuntamente combaten a grupos considerados terroristas.
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