El historiador ecuatoriano Juan Paz y Miño conversó con Prensa Latina al respecto y comentó que cuatro de los candidatos son empresarios, millonarios, y representan al esquema neoliberal que el país necesita superar.
Señaló que es un modelo empresarial y oligárquico que desde hace seis años ha contribuido al avance de la narcodelincuencia en estas tierras andinas.
Jan Topic, Xavier Hervas, Otto Sonnenholzner y Daniel Noboa están unidos por la misma ideología, independientemente del partido que representan, pues consideran el libre mercado y la empresa privada como ejes de la economía, una visión neoliberal ya conocida en América Latina y en Ecuador, aseveró Paz y Miño.
Precisó que hay otras dos opciones con propuestas diferentes (Yaku Pérez y Bolívar Armijos), pero son contrincantes con pocas opciones de triunfo, como tampoco las tiene Christian Zurita, el sustituto del asesinado Fernando Villavicencio.
Por tanto, solamente queda la candidata Luisa González, que se presenta como la continuidad del proyecto de la Revolución Ciudadana (RC) y la perspectiva de construir una economía social en Ecuador, argumentó el también docente universitario.
Consideró que sólo con su victoria se podrá fortalecer el Estado y brindar servicios públicos como seguridad social, medicinas, educación, vivienda, y para tratar de superar la pobreza y la miseria.
El mayor anhelo de los ecuatorianos, dijo, es poner freno a la delincuencia y el crimen organizado para evitar más muertes violentas y ver una economía próspera, con beneficios para las mayorías, y muchos reconocen que es ocurrió en época del exmandatario y líder de la RC, Rafael Correa (2007-2017).
Lo que Ecuador va a vivir el domingo 20 de agosto es en definitiva una disputa entre quienes apuestan por la construcción de una economía social o aquellos que abogan por mantener el modelo neoliberal y ahí hasta el fondo de la tensión política, advirtió Paz y Miño.
En el diálogo con esta agencia, también se refirió al crecimiento inusitado de la criminalidad en el territorio nacional, “una delincuencia mafiosa con un poder informal que actúa de forma paralela al poder oficial por la infiltración lograda”, un reto que deberán superar las autoridades electas.
Para eso no hay fórmulas mágicas, podemos contar con la experiencia y colaboración de otros países como México, Colombia, Perú, El Salvador o Estados Unidos, pero deben ajustarse a la realidad de Ecuador y en respeto a la soberanía nacional, subrayó.
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