El portavoz de la organización para Afganistán, Diogo Alcántara, declaró que es probable que se suspendan los servicios para fines de agosto debido a restricciones de financiamiento, en medio de la creciente preocupación por la caída de la ayuda internacional al país centro-asiático.
Aunque seguimos colaborando con los ministerios, los donantes y las organizaciones para encontrar mecanismos de apoyo alternativos y sostenibles al sector hospitalario, el CICR no tiene el mandato ni los recursos para mantener un sector público de atención sanitaria en pleno funcionamiento a largo plazo, expresó Alcántara.
En abril pasado, la Cruz Roja anunció la reducción de costos de unos 475 millones de dólares durante 2023 y principios de 2024; así como la disminución de las operaciones en algunos lugares, ya que se esperaba la contracción de los presupuestos para ayuda humanitaria.
Las dificultades financieras que enfrenta el CICR han acelerado, en transparencia con las autoridades del Emirato Islámico, la esperada devolución de todas las responsabilidades de los servicios de salud al Ministerio de Salud Pública, señaló Alcántara, refiriéndose al papel del gobierno talibán.
Hasta el momento, el Ministerio afgano de Salud no ha divulgado ninguna información sobre el tema.
A dos años de que los talibanes se hicieran cargo del país, se mantiene detenida la mayoría de las vías de asistencia internacional, que formaban la columna vertebral de la economía afgana.
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