Entre las propuestas de la única mujer entre los ocho aspirantes a la jefatura del Ejecutivo está la de invertir 500 millones de dólares para fortalecer la fuerza pública en medio de la escalada de la violencia y recuperar instituciones desaparecidas, como el Ministerio Coordinador de Seguridad.
La exasambleísta y exfuncionaria del Gobierno de Rafael Correa también ha dicho que impulsará las obras públicas, sobre todo en la construcción y la vialidad, dos sectores que funcionan como grandes generadores de empleo.
Con las gafas blancas y azules insignes de esta campaña, González insiste en que muchas de las acciones a implementar “ya las hicimos” en la Década Ganada, de 2007 a 2017, cuando Ecuador era uno de los países más seguros de la región y el crecimiento económico ofrecía bienestar social.
En un acto en Quito frente a cientos de sus seguidores, subrayó que tendrá «mano dura» contra el crimen, pero señaló que el próximo Gobierno no puede reducirse únicamente a la seguridad.
Para enfrentar la crisis de violencia abogó también por reforzar políticas sobre educación, la salud, el empleo y la economía popular y solidaria.
En varias ocasiones ha dicho que el expresidente Correa será uno de sus principales asesores, aunque afirma que será ella quien dirija el Ejecutivo.
Aunque no era muy conocida antes de la campaña, González tiene experiencia en la función pública, pues se desempeñó en diferentes cargos en los ministerios de Producción, de Turismo, de Relaciones Exteriores, la Secretaría de la Administración Pública, entre otros.
La abogada, de 45 años, tiene dos maestrías, una en Alta Gerencia del Instituto de Altos Estudios Nacionales, y otra en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid.
Fue madre adolescente, se graduó de bachiller a los 23 años y de la universidad a los 27, hechos con los cuales sus opositores la quisieron atacar, pero sus seguidores aseguran que es ejemplo de sacrificio y superación.
De ganar en las urnas, estará acompañada por el economista Andrés Arauz como vicepresidente, quien se enfrentó al mandatario Guillermo Lasso en la contienda de 2021 y perdió en el balotaje.
La RC llegó a esta contienda electoral como la principal fuerza política del país, con resultados significativos en las elecciones provinciales y municipales del 5 de febrero pasado, en las cuales sus militantes ganaron las principales ciudades del país, como Quito y Guayaquil.
La organización se presenta ahora como única alternativa a la derecha y enfrenta una campaña de desprestigio, incluso de tener algún vínculo con el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Correa -que se encuentra en Bélgica como asilado político debido a la persecución judicial en su contra- reconoció el impacto del “complot” para hacerle daño a su movimiento, que hasta el día del atentado lideraba todos los sondeos, y algunos le daban posibilidades hasta posibilidades de ganar en primera vuelta.
Lo que Ecuador va a vivir el próximo domingo es en definitiva una disputa entre quienes apuestan por la construcción de una economía social o aquellos que abogan por mantener el modelo neoliberal y ahí hasta el fondo de la tensión política, advirtió el historiador Juan Paz y Miño.
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