Los bayameses -que siempre jugaron con brazos, piernas y corazón- cayeron 2-3 frente a Santiago de Veraguas, de Panamá, en el Estadio de los Voluntarios de esta ciudad de Pensilvania tras haber remontado la víspera en un convincente nocaut de 11-1 al colectivo representante de Australia.
La de ayer fue la primera victoria de un equipo de la isla en la historia de las LLWBS (por sus siglas en inglés).
En la primera salida, el 16 de agosto, tuvieron traspié ante el Musashi Fuchu de Tokio, Japón, en un juego que, por cierto, demostró que los chicos nuestros fueron un muro de contención para la toletería de los nipones.
Los peloteros cubanos solo permitieron un roletazo de hit que impulsó la única anotación del partido, pactado a seis entradas.
Ahora, aunque la competencia para los nuestros termina aquí, no se puede calificar con una nota menor a excelente actuación: para ellos todo, o casi todo, fue por primera vez, y se batieron como los más consagrados.
El público los premió con su respeto y también con ovaciones. La bandera de la estrella solitaria ondeó en una serie que en sus casi ocho décadas de vida nunca tuvo en la nómina a un plantel de la mayor de las Antillas.
Observadora de los juegos, de las exclamaciones de ‘Cuba, Cuba’ en señal de apoyo y también de los abrazos que dieron los padres de los niños de las escuadras de Japón en aquel encuentro del día 16, pienso en cuanto sería mejor todo sin el bloqueo de Estados Unidos a la isla.
Los niños nuestros tendrán que esperar por el abrazo de los suyos cuando retornen a casa y pienso en lo hermoso que sería para la próxima edición de de esta serie mundial que los familiares de los cubanos pudieran acudir y gritar y emocionarse como lo hacen aquí otros.
El desafío frente a Panamá concluyó con palmas a la cuenta del lanzador Omar Vargas, quien estuvo en la lomita cuatro entradas y dos tercios, y completó Allan Rodríguez, mientras por los bayameses se llevó el revés Ismael Ortega.
Se harán los análisis (lógicos), pero no hay dudas de que la balanza siempre estará a favor.
La participación en este evento de 2023 hace que Cuba sea el país número 29 en ganar un lugar en la LLBWS y una vez más calificará para la entrada directa en 2024 como parte de la rotación internacional.
Calidad y preparación caracteriza a las 20 selecciones participantes en la competencia, 10 de Estados Unidos y similar número de conjuntos internacionales, declaró a Prensa Latina Roberto González, metodólogo de la Federación Cubana de Béisbol.
Precisamente ayer autoridades deportivas estadounidenses y la Federación Cubana de Béisbol y Sóftbol firmaron aquí un acuerdo que ratifica el compromiso con el desarrollo de las Pequeñas Ligas en Cuba.
El convenio de extensión de afiliación hasta 2025 fue rubricado por Stephen D. Keener, presidente y director ejecutivo de las Pequeñas Ligas, y Juan Reinaldo Pérez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol y Sóftbol.
“En los cuatro años desde que firmamos nuestro acuerdo inicial con la Federación Cubana de Béisbol y Sóftbol, nos ha impresionado e inspirado continuamente el compromiso de Cuba”, expresó Keener.
“Nos complace poder extender nuestro acuerdo y esperamos un futuro emocionante a medida que continuamos haciendo crecer el juego en todo el país y trabajamos para motivar e inspirar a miles de niños cada año”, dijo.
De eso se trata.
oda/dfm