Pese al congestionamiento que causa un parque vehicular superior al millón y medio, y el incremento de los precios de la gasolina, los salvadoreños prosiguen su desenfrenada carrera por tener más automóviles.
Según estadísticas, por cada automotor nuevo que ingresa a El Salvador se importan cuatro usados desde Estados Unidos. “Pareciera que la industria va a volver a romper récord”, aseguró José Roberto Renderos, gerente regional de Nissan, quien detalló que el año pasado las distribuidoras de vehículos colocaron 17 mil nuevas unidades.
Lejos de la crisis inflacionaria y los augurios de una desaceleración económica, la industria automotriz avanza en terreno sólido y hasta con listas de espera de modelos que no pudieron entregarse por la escasez de semiconductores, precisó este lunes un informe del diario El Mundo.
Solo Nissan, la segunda marca más vendida en el mercado salvadoreño, tiene una lista de espera de mil unidades de su Frontier 2021.
Renderos dijo que “la gente, por alguna razón, sigue pensando que tener la plata en un bien es mejor que tenerla en los bancos. Sigue haciendo que la demanda de vehículos sea alta. Eso lo estamos viendo no solo en las marcas premium, el segmento pick-up representa más del 50 por ciento de lo que se consume”.
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