La información es destacada este martes cuando un operativo de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Policía Nacional Civil (PNC) decomisó 38 cajas de cigarrillos ilegales y cinco vehículos usados para el traslado del ilícito, en una casa en Metapán, departamento de Santa Ana.
Esa localidad y los sitios aledaños son asediados por los contrabandistas debido a los numerosos puntos ciegos que tienen con la frontera de Guatemala, uno de los corredores del tráfico del producto en la región.
En abril de este año la FGE ejecutó una operación con 68 órdenes de captura contra una red delictiva que se dedicaba al comercio ilegal del rubro valorado en dos millones 375 mil 022 dólares
Esos cigarrillos que inundan el mercado local no pagan impuesto y entran vía Panamá a través de Belice, según los informes. Son los más vendidos, pues no son gravados y eso los ubica en una escala de precios menor, o sea, cuando la marca legal se oferta a 2.50 dólares la falsa cuesta uno.
Las áreas más afectadas y con mayor concentración de esos artículos son los departamentos de San Salvador, Santa Ana, San Miguel y La Libertad.
Según la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Undoc), en El Salvador ese negocio facilita el financiamiento de grupos delictivos como por ejemplo las maras e incrementa la inseguridad ciudadana.
Cifras del Banco Mundial señalan que el comercio ilegítimo de pitillos a nivel global representa de un 10 a 12 por ciento del mercado. Esto equivale a más 600 mil millones de cigarrillos ilegales que generan una perdida en recolección de impuestos de 40 a 50 mil millones de dólares por año.
En El Salvador incursionan productos de tabacaleras como Phillip Morris que se venden con el concepto de reducción de daños, entre ellos el IQOS, un dispositivo que debido a su tecnología que no genera combustión ni ceniza y es una mejor alternativa que continuar fumando, según sus promotores, y que también entrará en la competencia.
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