Las obras El combate de Diomedes, de Jacques-Luis David (1776), Muere Sinflut, Joseph Anton Koch (1797) y otras de Heinrich Füssli el Joven, Angelika Kauffmann y Heinrich Friedrich Füger, cuentan sucesos históricos destacados y eventos de la historia religiosa, la mitología y el mundo de las deidades antiguas.
Desde siempre la pintura de historia ha disfrutado de un estatus especial y durante mucho tiempo fue vista como la piedra angular de la carrera de cualquier artista.
Abarca la historia en un sentido amplio, trata de los hechos, pasiones y sentimientos humanos, y es en las obras clasicistas donde esta manifestación alcanza su cénit.
Hasta este martes la exposición Dioses, héroes y traidores. La imagen de la historia alrededor de 1800 presenta dichas obras de las propias posesiones del museo vienés Albertina.
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