Denunció la postura obediente y mercenaria de ese ente en Latinoamérica, al tiempo que lo consideró como un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Según la comunicación difundida, la funesta y desprestigiada CIDH adolece de moral para cuestionar la Constitución venezolana y el Estado de Derecho consagrado en ella.
“La soberbia con la cual anhela desconocer las decisiones legales tomadas por los tribunales y órganos competentes, es una muestra más de su desmedida subordinación a elementos hostiles que se lanzan contra el pueblo”, refirió.
Venezuela denuncia, una vez más, el accionar obendiente y de mercadeo de la CIDH en la región, comportándose como vocero del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, sentenció.
Esta postura no hace sino ratificar, remarcó, la acertada decisión del Gobierno Bolivariano de desprenderse del chantaje continuado de una organización que solo está concebida como brazo auxiliar de los intereses imperiales.
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