Así lo confirmó a su regreso de un viaje educativo y humanitario a la isla, adonde fue junto a un grupo de jóvenes del sur de Los Ángeles, en California, como parte del programa Destinos del proyecto Santuario de Esperanza (SOH).
Alrededor de seis meses fue moldeando la idea hasta que finalmente visitaron la mayor de las Antillas a finales de julio durante una semana en la cual conocieron sobre educación, salud, atención comunitaria, arte y cultura, y el impacto del bloqueo de Estados Unidos.
“Como miembro de la junta de IFCO/Pastores por la Paz, me entusiasmó acompañar a esta delegación multigeneracional en otro emocionante intercambio”, dijo en comentarios a Prensa Latina, y constató cómo antes de partir acopiaron cuanto pudieron en materia de ayuda, fundamentalmente suministros médicos y de oficina. En asociación con la organización sin fines de lucro Not Just Tourists, llevaron 12 maletas de 30 libras cada una con donaciones para su distribución en instituciones sanitarias locales, señaló el reverendo, perteneciente a la Iglesia Metodista Unida Holman en Los Ángeles.
La delegación realizó diversas actividades educativas, culturales y recreativas con varias comunidades del occidente cubano y conoció de cerca cuánto podrían aportarse uno y otro pueblo si no existiera ese cerco unilateral, el cual condena de forma casi unánime la comunidad internacional.
Esta es su tercera experiencia con el SOH; en las anteriores los jóvenes establecieron puentes con personas de Sudáfrica y Zimbabue, y cinco estados del sur de los Estados Unidos para examinar el movimiento de derechos civiles y humanos.
«El programa Destinos de SOH trata de que los jóvenes comprendan su papel como ciudadanos globales», apuntó Janet Denise Kelly, fundadora y directora ejecutiva de Sanctuary of Hope, citada en una reseña publicada por el periódico Los Ángeles Sentinel.
Por su parte Sharron Hillery, presidenta de la junta directiva de SOH confesó que Cuba fue una experiencia maravillosa que “me abrió los ojos a una forma diferente de vivir en comunidad”.
Mientras Aaminah Parker, recién graduada universitaria en California, trajo de vuelta a casa la experiencia de haber conocido a un pueblo en el que, a pesar de todo, prevalecen la solidaridad y la fortaleza.
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