El decreto recordó que, con el objeto de salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial que representa el bolero, -expresión musical nacida en Cuba-, se realizaron diversas acciones para la promoción y difusión.
Añadió que, por parte de las autoridades mexicanas, en 2018 este género musical fue inscrito en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de México por la Secretaría de Cultura del Gobierno federal.
México y Cuba firmaron el pasado año una iniciativa conjunta para que el bolero sea inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En la Ciudad de México, además, se llevaron a cabo actos de reconocimiento patrimonial de esta expresión, como la celebración del Festival Mundial del Bolero y la inauguración de la “plaza del Bolero Armando Manzanero”, entre otras, agregó el texto.
Ante ello, y en atención a la Constitución Política de la Ciudad de México, que dicta que “el patrimonio cultural, material e inmaterial de las comunidades, grupos y personas de la Ciudad de México es de interés y de utilidad pública”, el Gobierno de la Ciudad garantizará la protección, conservación, investigación y difusión, de esta expresión musical.
Se establece que será la Secretaría de Cultura la encargada del diseño e instrumentación de un Programa Anual de Eventos para conmemorar el “Día del Bolero” en la Ciudad de México.
Además, exhorta a los titulares de las alcaldías para que, en el ámbito de sus competencias, ejecuten actividades para su conmemoración en sus demarcaciones territoriales.
El decreto explica que el bolero es una expresión musical nacida en Cuba, cuyo nombre corresponde a finales del siglo XIX y gracias a la riqueza de sus notas fue exportado a toda América Latina llegando a México por la Península de Yucatán.
A su llegada a México, continúa, fue altamente aceptado, dando paso a grandes figuras del bolero como Manuel M. Ponce, Tata Nacho, Luis Demetrio, Ricardo Palmerín, José Antonio Zorrilla Martínez, Agustín Lara y otros muchos.
Entre los boleristas contemporáneos destacan Marco Antonio Muñiz y Armando Manzanero. La primera producción musical mexicana de este género fue “Madrigal” de Enrique Galaz Chacón y Carlos R. Menéndez en agosto de 1918.
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