En un comunicado hecho público este viernes, el segundo grupo cervecero más grande del mundo anunció que la venta de su negocio en Rusia, «recibió las autorizaciones requeridas y concluye el proceso iniciado en marzo de 2022, incurriendo en una pérdida acumulada total de 300 millones de Euros.
Los activos restantes de Heineken, incluidas siete cervecerías en Rusia, se transferirán al nuevo propietario que ha ofrecido garantías de empleo para unos mil 800 miembros del personal durante los próximos tres años.
La marca Heineken dejó de usarse en el mercado ruso el pasado año; en los próximos seis meses se van a retirar también gradualmente los productos de la marca Amstel.
«Ninguna otra marca internacional tendrá licencia en Rusia, con la excepción de una licencia de tres años para algunas marcas regionales más pequeñas que se requieren para garantizar la continuidad del negocio y la aprobación de la transacción.
«Heineken no proporcionará soporte de marca y no recibirá ingresos, regalías ni honorarios desde Rusia. No existe ninguna opción de compra para regresar a Rusia», afirma el comunicado.
El presidente y consejero delegado de Heineken, Dolf van den Brink, constató que las grandes empresas manufactureras enfrentan «importantes desafíos» a la hora de abandonar el mercado ruso.
«Si bien tomó mucho más tiempo de lo que esperábamos, esta transacción asegura los medios de vida de nuestros empleados y nos permite salir del país de manera responsable», añadió.
Numerosas empresas occidentales decidieron abandonar Rusia, como parte de las sanciones aplicadas al país euroasiático a raíz del conflicto en Ucrania.
Según la base de datos Castellum.AI se activaron en relación con Rusia más de 14 mil 800 sanciones individuales y sectoriales desde el inicio de las hostilidades.
Cientos de empresas anunciaron en el último año y medio la decisión de suspender sus negocios en y con Rusia.
Para el presidente Vladimir Putin, la política de contención frente a Rusia forma parte de la estrategia a largo plazo de Occidente, cuyas sanciones asestan un duro golpe a la economía mundial.
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