España conquistó por primera vez en la historia la Copa Mundial de balompié en la categoría femenina el pasado domingo en Australia, pero desde entonces un tema en paralelo le restó protagonismo. El beso forzado que dio en la boca a una jugadora se convirtió en un gran escándalo público.
En un arranque de euforia, Rubiales besó en la boca a la delantera Jenni Hermoso en la ceremonia de premiación de la Copa Mundial que concluyó en Sídney el pasado domingo, sin consentimiento mutuo, vale decir.
El asunto fue tomando mayores dimensiones con repercusiones también a nivel internacional. En el plano interno, la clase política española dictó sentencia, empezando por el presidente en funciones del Gobierno, Pedro Sánchez, quien señaló que las disculpas ofrecidas por Rubiales son “insuficientes y que tiene que continuar dando pasos”.
Las palabras del jefe del Gobierno fueron interpretadas como una sugerencia imperativa hacia la dimisión del directivo, una figura bastante controvertida que añadió más leña al fuego con un video poco convincente pidiendo perdón por su acto.
“Lo que vimos fue un gesto inaceptable. Creo que las disculpas que ha dado no son suficientes, hasta incluso creo que no son adecuadas y que por tanto tiene que continuar dando pasos para aclarar lo que vimos todos”, remarcó.
El nivel de críticas, que abarcó igualmente al conservador Partido Popular (PP) y el movimiento de izquierdas Sumar, se expandió en numerosas instituciones y figuras relacionadas con el deporte, lo que llevó a la propia FIFA a abrir un expediente al directivo español.
La Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) solicitó a la RFEF que aplique su protocolo para la prevención, detección y actuación frente al acoso y el abuso sexual y “cese inmediatamente a su presidente, Luis Rubiales”.
La AMJE consideró que ese protocolo contempla de forma expresa el rechazo a comportamientos como el protagonizado por Rubiales.
Es claramente un comportamiento machista sobre el cuerpo de una mujer, llevado a cabo sin su consentimiento y en un contexto de relaciones desiguales de poder que afectan a la capacidad de reacción de la mujer, acotaron en un comunicado.
Por su lado, el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos, vinculado al Gobierno, insistió en que la Asamblea emergente convocada por la RFEF para este viernes debería terminar con un pronunciamiento contundente.
Pero de no ser así, nosotros en paralelo seguiremos buscando una salida coherente con la magnitud de lo acontecido, apuntó Francos.
Tres denuncias ante la Fiscalía y otra, esta vez de parte de Amnistía Internacional que calificó el comportamiento de Rubiales como una forma de violencia sexual injustificable, parecen haber dado la estocada final al caso.
Además, quedó sobre la mesa el anuncio del propio Gobierno de actuar en cualquier caso, ahora amparado asimismo por la exigencia de Jenni Hermoso a través del sindicato FUTPRO, la adopción de ‘medidas ejemplares’ contra Rubiales.
Es esencial que seamos conscientes del cambio de la sociedad española en estos últimos años. A la sociedad española ya le parece intolerable que haya comportamientos machistas, que se bese a una mujer sin su consentimiento, subrayó el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
npg/ft