Según el ente, no se prevé un colapso de esa industria, sino que las ventas mermarán gradualmente a lo largo de varios años, porque aún durante algún tiempo, y hasta tanto los mercados emergentes no desarrollen fuentes alternativas de energía, necesitarán el carbón.
Yakov and Partners señaló igualmente que las compras que realizan los importadores tradicionales se reducirán a mediados de siglo y esa caída, en dependencia de los escenarios, podría oscilar entre el tres y el 67 por ciento.
En opinión de la empresa consultora, el impacto negativo se deberá a que China e India, dos de los principales compradores, buscarán abastecer a sus economías con su propio carburante, por lo cual los mercados prioritarios para Rusia cambiarán significativamente.
Así, se espera que Nueva Delhi siga siendo un consumidor clave de carbón ruso hasta 2030, pero su participación disminuirá para 2050, mientras el mercado de los países del sudeste asiático aumentará del actual 20-25 por ciento a más del 60 por ciento, consideró Yakov and Partners.
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