A eso se suma que al presupuesto general del Estado dejarán de llegar anualmente mil 200 millones de dólares por la suspensión de la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní y otros 200 millones por la reforma tributaria decretada por el presidente Guillermo Lasso.
Por tanto, expertos advierten que el próximo mandatario deberá buscar financiamiento y alternativas para ejecutar obras y lograr cumplir sus promesas electorales.
El presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, Santiago García, -citado por el canal Teleamazonas- sugirió como alternativas la suspensión de la reducción del impuesto a la salida de divisas implementada por Lasso y fomentar las alianzas público-privadas.
El alto déficit fiscal, con gastos realizados por el Estado que superan los ingresos no financieros, se produce a pesar de que el actual Ejecutivo contrajo el gasto público y las inversiones pese a las consecuencias sociales.
La deuda acumulada por el país, en parte para cubrir ese déficit, será un reto para el presidente electo el próximo 15 de octubre y probablemente para el siguiente mandatario también.
El exministro de Economía y Finanzas Marco Flores opinó en una reciente entrevista con un medio local, que el problema no está en endeudarse, siempre que sea para hacer obras públicas.
El sociólogo Décio Machado alertó que en 2024 se debe comenzar a pagar al Fondo Monetario Internacional el monto prestado más los intereses, una suma que en 2026 sería equivalente al nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Si bien por un lado el país está endeudado, por otro el BCE anunció un aumento de las reservas internacionales en 36,1 millones de dólares.
Este país es un mendigo sentado en un costal de oro y muriendo de hambre, comentó un usuario en la red social X, antes Twitter, al tiempo que otro internauta consideró como únicos beneficiarios de ese incremento a las instituciones que cobran comisión por guardar, transferir, contar y devolver dinero.
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