Como parte de su agenda, la funcionaria se encuentra en Shanghai donde tiene previsto visitar Disneyland, administrada por la compañía Walt Disney, y dialogará también con empresarios del gigante asiático.
Durante su estancia en esta capital, Raimondo sostuvo intercambios con el primer ministro Li Qiang y el titular de Comercio, Wang Wentao.
China expresó la preocupación por asuntos como los aranceles de Estados Unidos sobre productos chinos, sus políticas acerca de semiconductores, las restricciones a la inversión en ambos sentidos, los subsidios discriminatorios y las sanciones a las empresas chinas.
El ministro de Comercio subrayó que la generalización del concepto de seguridad nacional no favorece los intercambios económicos y comerciales normales.
Por otro lado, recordó que las medidas unilaterales y proteccionistas van en contra de las reglas del mercado y del principio de competencia justa.
De acuerdo con una declaración conjunta, ambas partes crearon un grupo de trabajo compuesto por funcionarios gubernamentales a nivel de viceministros y representantes del sector empresarial con el fin de buscar soluciones para asuntos de negocios específicos.
Este equipo de trabajo sostendrá encuentros dos veces al año, mientras que el ministro de Comercio, Wang Wentao y su homóloga norteamericana acordaron reunirse al menos una vez al año.
Asimismo, las dos partes pusieron en marcha un mecanismo de intercambio de información sobre controles de exportación, el cual funcionará de conformidad con sus respectivas leyes.
Beijing y Washington acordaron además que expertos de ambos países sostengan consultas técnicas sobre la protección de secretos comerciales y de la información empresarial confidencial durante el proceso de mejora de licencias administrativas.
Raimondo es la cuarta funcionaria de alto nivel de la administración de Joe Biden en llegar a China en tres meses, en un intento por distender las deterioradas relaciones bilaterales.
Actualmente el país norteamericano mantiene restricciones a varias empresas chinas y una orden de la Casa Blanca limitó aún más las inversiones en los sectores de semiconductores y microelectrónica, tecnología de información cuántica e inteligencia artificial en el gigante asiático.
Beijing denunció recientemente la politización de los negocios que quiere hacer Estados Unidos al utilizar las preocupaciones de seguridad nacional para impedir las inversiones.
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