Esta fecha destaca la importancia de la labor ejercida por los médicos obstetras en el cuidado de la mujer durante la etapa de embarazo, parto y cuidados del recién nacido, pues se calcula que anualmente mueren 10 millones de mujeres por causa de lesiones, enfermedades e infecciones ocurridas durante el embarazo, parto y postparto.
El personal de esta especialidad además de participar en los partos, posee competencias para el cuidado materno y neonatal, al tiempo que asumen el 85 por ciento de las atenciones en salud sexual y reproductiva, de acuerdo con la definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estos profesionales son fundamentales para reducir los índices de mortalidad materno y neonatal, disminuir la tasa de nacimientos prematuros y brindar una experiencia segura y positiva de parir y nacer, con la garantía del pleno goce de los derechos de las madres y el recién nacido.
La jornada fue instaurada en 1962 en honor al día del fallecimiento de San Ramón Nonatto (patrono de la obstetricia, mujeres embarazadas y parturientas) en el año 1240.
Ese cardenal nació en Lérida, España, en 1204 y fue extraído con vida del vientre de su madre muerta el día anterior, es por ello que se evoca a este santo para la protección de las gestantes y de sus hijos por nacer.
La Obstetricia es la encargada de la atención del embarazo, el nacimiento y el postparto o puerperio, está ampliamente vinculada con la Ginecología, especialidad orientada a la revisión y tratamiento de enfermedades del órgano reproductivo femenino.
Estadísticas de la OMS indican que todos los días, aproximadamente 830 mujeres mueren por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto en todo el mundo, de las cuales el 99 por ciento ocurren en países en desarrollo, en particular en zonas rurales y comunidades más pobres.
Con esas cifras la agencia sanitaria de la ONU considera urgente cumplir las metas mundiales de reducción de las muertes maternas, o de lo contrario se pone en riesgo la vida de más de un millón de mujeres de aquí a 2030.
Entre 2016 y 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la perspectiva fijada fue reducir la tasa global de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100 mil nacidos vivos.
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