«Hace 50 años se destruyeron en este país los sueños, las utopías, la gran posibilidad de construir el Socialismo por la vía pacífica», recordó la socióloga brasileña Mónica Bruckmann, al intervenir en el panel Nuestra América hoy.
Afirmó que aquí hay en la actualidad dos dilemas: el de la soberanía y la posibilidad de pensar el futuro a partir de nuestras propias visiones y necesidades, y el de la amenaza de la extrema derecha profundamente retrógrada y reaccionaria.
Los dilemas enfrentados hace 50 años en Chile y toda América Latina continúan en este momento de nuestra historia, dijo.
Por su parte el escritor, abogado y excanciller peruano Héctor Béjar recordó los terribles momentos vividos en Chile a partir del 11 de septiembre de 1973 cuando ocurrió el bombardeo al Palacio de La Moneda durante el cuartelazo contra el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende.
Muchos años después, en 2019, hemos visto cómo durante el estallido social en Chile personas quedaron cegadas por los carabineros, y en Perú en los últimos meses muchos fueron asesinados y torturados, denunció Béjar.
En estos 50 años pensamos no tan solo en América Latina, sino también en los demás países que han sufrido golpes de Estado, expresó el activista social Cristian Cuevas, otro de los ponentes.
El panel de este sábado forma parte de la Conferencia Regional de Dilemas de la Humanidad, uno de los eventos de la Cumbre por la Democracia y los Derechos Humanos: Allende 50 años, que hasta el 9 de septiembre sesionará en la comuna de Recoleta, de esta capital.
La víspera, en el lanzamiento del evento, el alcalde de esa municipalidad, Daniel Jadue, recordó que lo ocurrido en Chile contra el Gobierno de la Unidad Popular forma parte de una política imperial que no cambió nada y a lo largo de los últimos 30 años ha destruido gobiernos latinoamericanos.
Como ejemplos, mencionó los golpes de Estado en Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y en fechas más recientes en Venezuela, Honduras y Bolivia.
«Tenemos que convencernos todos los latinoamericanos que la frase no tiene que ser nunca más en Chile, sino nunca más en ninguna parte del mundo», dijo.
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