A través del decreto presidencial número 13-2023, el Ejecutivo señaló que las tradiciones de dicho alimento y la milpa (agroecosistema mesoamericano, cuyos principales componentes productivos son maíz, frijol y calabaza) forman parte de las tradiciones del país desde tiempos ancestrales.
El documento destacó que el maíz representa el pilar de la alimentación en Nicaragua y es un producto natural y cultural de los pueblos ancestrales, quienes lo adaptaron a lo largo de los siglos con la selección de semillas y el desarrollo de variedades, las cuales deben ser protegidas.
“(…) Constituye un importante medio de vida, tanto económico como social y cultural, representando parte de nuestra identidad nacional y extendiéndose en todos los pueblos de Latinoamérica, vinculando formas de vida y tradiciones”, subrayó.
Argumentó que a través de las instituciones del sistema nacional de producción, consumo y comercio, el país promueve el desarrollo de agricultores, quienes son el pilar en la seguridad alimentaria y representa uno de los objetivos de desarrollo sostenible hambre cero.
De acuerdo con el texto, es necesario establecer mecanismos orientados al cuido, preservación y promoción del cultivo y consumo del maíz como base de la alimentación ancestral, fomentando su importancia para la identidad y cultura nacional, reconociendo el aporte en la vida de las familias nicaragüenses.
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