A pocas horas de la publicación de una entrevista a Amato en el diario La Repubblica, donde aborda este tema, son muchas las reacciones en esta nación europea, y los familiares de las víctimas demandan un esclarecimiento de lo ocurrido el 27 de junio de 1980 al avión DC-9 de Itavia, que se estrelló frente a la sureña isla de Ustica.
Daria Bonfietti, presidenta de la asociación de familiares de los fallecidos, expresó en declaraciones divulgadas este domingo por el diario Corriere della Sera, que no le sorprenden “las palabras con las que el ex primer ministro cuestionó a Francia”, al señalar como “posibilidad más probable» el derribo por un avión de combate galo.
Amato, de 81 años, argumentó que el objetivo era matar al entonces líder libio, Muamar al Gadafi, pero el misil francés acabó impactando por error en un avión civil italiano, y emplazó al presidente de ese país a aceptar esos hechos.
“¿Por qué un joven presidente como Macron, ajeno a la tragedia de Ustica, no quiere eliminar la vergüenza que pesa sobre Francia?, se preguntó, y agregó que sólo puede eliminarla probando que esa tesis carece de fundamento o, probada su validez, “con una profunda disculpa a Italia y las familias de las víctimas en nombre de su Gobierno».
Una investigación independiente encargada por el gobierno italiano, dictaminó en 1994 que la caída del vuelo 870 de Itavia se debió a la explosión de una bomba puesta en el lavado del avión.
Sin embargo, en 2008 el primer ministro de Italia en el momento del desastre, Francesco Cossiga, afirmó que esa aeronave fue derribada accidentalmente por aviones de combate franceses, durante ejercicios en los que participaban medios aéreos de otros países integrantes de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En junio de 2008, a partir de esas revelaciones de Cossiga, la Fiscalía italiana reabrió la investigación sobre el accidente, el 7 de julio de 2008, y posteriormente se notificó al presidente francés una demanda por daños y perjuicios.
En 2013, la justicia italiana dictaminó nuevamente que existían pruebas de que el vuelo había sido derribado por un misil, pero aún el caso sigue sin un total y definitivo esclarecimiento.
Tras la reactivación de la acusación a Francia, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, señaló que «las de Giuliano Amato sobre Ustica son palabras importantes que merecen atención”.
Meloni pidió a Amato “elementos que nos permitan volver a las conclusiones del poder judicial y del Parlamento, y posiblemente ponerlos a disposición, para que el gobierno pueda tomar todas las medidas posibles y consiguientes”.
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