Nacido el 29 de marzo de 1974 en la actual provincia de Artemisa (occidente), Cuba se presentó anoche junto a los integrantes de su trío en el Blues Alley Jazz, un emblemático sitio de la capital estadounidense.
“Mostramos un poco de los que somos y lo que venimos haciendo, como siempre ando en mil cosas”, dijo en entrevista concedida a Prensa Latina poco después de una actuación muy personal ante un público que lo acogió con respecto y que tarareó buena parte de sus canciones.
“Ha sido fantástico, me voy muy contento”, expresó el intérprete al anticipar que está trabajando en algo que lo tiene muy apasionado.
Anticipó que se trata de un proyecto que lleva por título Voces de mi familia, que como su nombre lo indica sobre su familia y “que viene muy profundo en la cultura cubana”.
Lo entusiasma, explicó, que el disco irá acompañado de un documental de aproximadamente 40 minutos de duración.
El pasado año Alex Cuba se alzó con el Premio Grammy en la categoría al Mejor Álbum de Pop Latino y sobre esto comentó que en realidad “llegó cuando menos lo esperaba, fue mi cuarta nominación al Grammy porque cuento con cuatro Grammy Latino que obtuve anteriormente”.
‘Mendó’, el disco con el cual Cuba obtuvo la codiciada distinción de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos, lo “grabé yo mismo en la sala de mi casa durante la pandemia y me ha dejado con este sentimiento de seguir echando para adelante, de seguir luchando porque la vida es así, te sorprende”, confesó.
A una pregunta sobre las letras de sus canciones afirmó que son muy importantes para él. “Yo tuve la suerte de haber tenido un gran mentor por allá por Artemisa, donde yo nací y me crié, un señor que la población decía que estaba loco, pero yo creo que estaba más claro que todo el mundo».
«Era un gran poeta y él -añadió- me inculcó el vicio -llamémoslo de esa manera- por la poesía, esa codicia por decir algo bonito, por jugar con los términos, por pintar imágenes con palabras”.
El autor de conocidos temas como Solo mía, Dividido, Hablando por hablar, Amor en la distancia y Ciudad Hembra, se mueve con soltura en una mezcla de ritmos, pero que siempre llevan el sello caribeño y de la tierra que hace casi cinco décadas lo vio nacer.
Precisamente sobre Ciudad hembra, que dedicó a La Habana, apuntó que esa es una urbe “muy creativa, muy procreativa, tú sientes la energía viva en La Habana y la creatividad es definitivamente femenina, es lo divino”.
Por eso para mí La Habana es una ciudad hembra con todo ese poder que tiene la feminidad, enfatizó.
Al referirse a las distancias y la nostalgia, recordó a los familiares que “han ido cayendo” y los cinco años que lleva sin ir a la isla, pero la vida “me mantiene muy ocupado por acá, sin parar desde que llegué a Canadá y eso quizás me quita un poquito el tiempo para extrañar”.
Habló del soporte espiritual de su esposa “la mujer más bella y divina del mundo que me ama con todo su corazón” y también de sus tres hijos “que son mi tesoro más grande”; así como de esa Cuba que la “llevo dentro de mi dondequiera que voy”.
A modo de despedida envió “un beso para todo el que me está viendo, que viva Cuba, que viva el sentimiento cubano, que viva lo que significa ser cubano”.
Entre los asistentes a la presentación se encontraban funcionarios de la embajada de Cuba en Estados Unidos, a quienes saludó Alex.
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