El ataque, calificado como kamikaze y complejo, ocurrió en la zona aeroportuaria del campamento de las Fuerzas Armadas en la región septentrional de Gao, y la evaluación de los daños está en curso, señala el comunicado castrense.
La víspera otros dos ataques, a un barco fluvial de pasajeros y a una base militar en las regiones de Tombuctú y Gao, dejaron un saldo de 49 civiles, 15 militares y 50 presuntos terroristas muertos.
Debido al alto número de víctimas provocado por estas agresiones, el Gobierno de Malí decretó tres días de duelo a partir de este viernes. La mayoría de los ataques en Malí son realizadas por islamistas del Grupo de Apoyo del Islam y Musulmanes (JNIM) -considerado una rama de Al Qaeda-, y los del denominado Estado Islámico en el Gran Sáhara, así como por otras agrupaciones extremistas propiamente malienses.
Observadores políticos han manifestado su preocupación por la extensión del control de JNIM en las zonas rurales del centro y el sur del país, significativamente en los territorios de Segou y Sikasso.
También subrayan que persisten los actos de violencia causados por los enfrentamientos entre comunidades y la consecuente fragmentación del tejido social del país por tales combates.
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