En la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador (UCE), al pie del monumento dedicado al presidente Salvador Allende, se congregaron estudiantes, profesores, diplomáticos, artistas y víctimas del régimen de Augusto Pinochet.
El rector de la UCE, Fernando Sempértegui, destacó la posición de Allende de mantener una coherencia con sus principios y su ideal al punto de ofrecer su vida como testimonio.
Si de honrar a Allende se trata está bien que nos reunamos hoy aquí, pero debemos hacer de la democracia una oportunidad para construir la equidad, reflexionó Sempértegui.
El embajador de Chile en Quito, Pablo Arriarán, afirmó que la conmemoración busca poner de relieve la cruenta experiencia de haber perdido la democracia y la lucha para recuperarla 17 años después.
El 70 por ciento de los chilenos no había nacido cuando el golpe, y por tanto las nuevas generaciones y nuestros amigos deben valorar la convivencia que tenemos ahora, añadió el diplomático.
Igualmente, resaltó la figura de Allende como un hombre de innegables convicciones democráticas, que encendía una esperanza de transformación.
Arriarán apuntó que hubo alrededor de 50 mil compatriotas suyos que se exiliaron en Ecuador, por lo que agradeció a esta nación por recibirlos.
Con música de Víctor Jara, el Ballet Nacional de Ecuador llevó a escena una coreografía que refleja el dolor de las familias que tuvieron que vivir el exilio, durante la cruenta dictadura de Pinochet, en complicidad con las élites económicas.
El cantautor chileno Leo Valenzuela, residente en Quito, conmocionó a los presentes con la canción «Yo pisaré las calles nuevamente», del cubano Pablo Milanés, una pieza dedicada a lo ocurrido aquel 11 de septiembre de 1973.
Por otro lado, en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), un centro privado de altos estudios, quedó develada la obra del artista de la plástica de Cuba Luis A. Ruiz Saavedra, quien con una técnica de vidrio tallado llevó al cristal la imagen de Allende.
El rector de la UTE, Ricardo Hidalgo, hizo un recuento de los hechos y se refirió a cómo los logros del entonces presidente chileno profundizaron el odio de la derecha y de Estados Unidos, que como está ampliamente documentado estuvo detrás del golpe.
Este acto es para combatir el olvido y resaltar que no hay democracia sin verdad, memoria y justicia, subrayó Hidalgo.
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