Su vida y la de su familia cambió para siempre el 11 de septiembre de 1973, cuando sus padres tuvieron que refugiarse en la embajada de Alemania y ella, con sólo 14 años, quedó sola a cargo de sus cuatro hermanos menores durante tres meses.
En conversación con Prensa Latina, Klenner contó cómo en ese periodo “los milicos” entraron a su casa armados para buscar a su madre, que era líder de un grupo de madres comunistas, y los pequeños quedaron aterrorizados.
Tiempo después Klenner huyó a Bulgaria con parte de su familia, pero el dolor se ve hoy en su rostro, porque años después siguen separados.
A 50 años del golpe militar solamente dos de sus hermanos han regresado a vivir a Chile, el resto hemos hecho vida en otros sitios.
El exilio nos llevó a vivir lejos uno de los otros, y rompió ese sueño de haber vivido en un país más justo y equitativo, expresó.
A pesar de todo se siente afortunada, porque el régimen impuesto por el dictador Augusto Pinochet hizo a muchas madres perder a sus hijos y viceversa, sin contar otros crímenes como las torturas atroces a las cuales eran sometidas miles de personas, como un tío suyo.
El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas de Chile, conformadas por la Armada, la Fuerza Aérea, Cuerpo de Carabineros y el Ejército, asestaron un golpe de Estado contra el presidente Allende y el gobierno de la Unidad Popular.
Tropas del ejército y aviones de la Fuerza Aérea atacaron el Palacio de La Moneda, la sede de Gobierno, condenable hecho planificado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, que condujo a la dictadura militar de Pinochet.
Se estiman en más de 40 mil las víctimas de ese régimen, entre asesinados, detenidos, desaparecidos y torturados, sin contar los más de 200 mil exiliados.
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